En mi caso, una evolución personal ha sido la clave. Esa evolución personal viene motivada de un viaje al vecino Marruecos allá por el año 2008, en ese viaje tuve la oportunidad, a través de un especial conductor que es un gran amigo, de acercarme a las comunidades rurales de varios rincones del país.
Ese acercamiento me permitió empezar a deshacer una madeja que igual que a mi nos oprime a todos los que somos de este lado del planeta, del lado de los "paises desarrollados". Y el ir deshaciendo poco a poco la madeja me permitió desentrañar la esencia de la vida, una esencia basada en la próximidad a la tierra, en otra forma de felicidad, en donde las relaciones humanas se basan en aspectos esenciales y recurrentes en la historia de la humanidad pero que hoy se olvidan, y lo que es peor, se menosprecian.
A la vuelta de aquel "viaje de vida" empezó mi proyecto de formación personal autodidacta y de reencuentro con lo esencial. Y en ese proyecto apareció la agricultura tradicional, la agricultura ecológica y la reflexión sobre nuestro sistema alimentario, donde el lado humano se diluye de forma drámatica.
Y en ese viaje apareció la Finca Morote, donde se ubica el Huerto Bassa Orgeja, y del que os escribo.
Desgraciadamente la agricultura ecológica no se desarrolla en nuestra sociedad como debería, existen muchos obstáculos para ello. Los grandes lobbyes presionan para que esto ocurra, es muy sencillo de entender por ejemplo el mercado de los plaguicidas agrícolas mueve 24 mil millones de euros al año. Si, una cifra descomunal, de la cual el 89% está en manos de 10 empresas.
Recurrentemente sufre agresiones basadas en el terror que es fácil de extender en nuestras sociedades, y donde la solución propuesta se basa en una seguridad alimentaria que no persigue nada más que mayores cuotas de poder.
La agricultura convencional a la que todos tenemos acceso a través de las diversas formas de consumo conlleva numerosos problemas estructurales en el mundo: consumo de recursos como petróleo para el transporte a grandes distancias, injusticias sociales manifiestas, graves problemas sanitarios para los consumidores (cáncer, diabetes, alergias). Pero claro, detrás de todos esos problemas estructurales, especialmente los sanitarios volvemos a encontrar muchos de los protagonistas del negocio químico que fomenta los problemas sanitarios. Siendo muchos de ellos los que ofrecen soluciones para nuestra salud.
Está claramente demostrado no solo el mayor valor nutritivo de los alimentos ecólogicos y su mayor salubridad, si no también sus menores costes globales, así como su influencia clara en aspectos medioambientales, que no son computados en el coste de la alimentación proveniente de la agricultura industrial.
María Dolores Raigón, Catedrática de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia y Dra. Ingeniera Agrónoma de esa Universidad es una de las más proclives defensoras de los alimentos ecológicos. Os recomiendo que busqueis información acerca de sus actividades y publicaciones.
http://alimentacionbio-eared.blogspot.com/2009/06/entrevista-completa-maria-dolores.html
Otro de los grandes defensores y estudiosos en la materia es el francés Claude Aubert, periodista, escritor y editor de prestigio internacional, que actualmente acaba de publicar el libro "OTRA ALIMENTACIÓN ES POSIBLE" a través de la editorial La Fertilidad de la Tierra. (http://www.lafertilidaddelatierra.com/producto.php?id=32).
En dicho libro de forma exhaustiva repasa numerosos aspectos que condicionan la motivación de una agricultura basada en productos ecológicos. Tras un examen crítico de todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, propone un modo de alimentación que concilia salud y protección del entorno, a base de productos ecológicos y dando el primer lugar a los alimentos de origen vegetal, sin por ello excluir la carne, el pescado y los productos lácteos.
Os recomiendo la siguiente entrevista:
http://www.vidasana.org/noticias-vidasana/entrevista-con-claude-aubert.html
Os recomiendo la siguiente entrevista:
http://www.vidasana.org/noticias-vidasana/entrevista-con-claude-aubert.html
Básicamente la motivación de una alimentación basada en productos ecológicos viene apoyada en los siguientes aspectos básicos sobre los que deberíamos reflexionar:
- más alimentos vegetales y menos animales: especialmente motivado por el elevado coste ambiental que supone alimentar los animales que luego ingerimos especialmente el ganado vacuno, y que está produciendo graves desequilibrios en el mundo.
- consumo de alimentos no refinados: puesto que el refinado generalmente priva a los alimentos de una buena parte de sus nutrientes y de sus elementos protectores de cara al cáncer.
- consumo de alimentos locales y de temporada: de esa manera se favorece no sólo el desarrollo de paisajes agrarios de calidad en nuestros entornos, si no que también se diversifica la economía local y evidentemente se reduce el consumo de combustibles.
Hemos hablado también acerca de las variedades locales. Estas son aquellas variedades que han ido adaptando y seleccionando generación tras generación de agricultores a las condiciones ambientales de un lugar. Dentro de esta selección se encuentran numerosos aspectos que hacen de las variedades locales, ser protagonistas de la agricultura ecológica. Entre ellos basta destacar su mayor rusticidad, su mayor adaptación a plagas y enfermedades por lo que necesitan menores insumos, especialmente se han desarrollado sin insumos químicos, y un aspecto a descubrir es su mayores cualidades organolépticas y de sabor.
Desde este blog, y desde este proyecto, es lo que pretendemos favorecer. E iremos dando ideas y formas para que todos aquellos que lo visiteis podais ir conociendo la manera para acceder a una alimentación sana, de calidad y sobre todo accesible, en el entorno de Alicante.
La esencia de todo esto, viene de esa experiencia personal a la que hacia referencia al empezar esta entrada, pero no hay que olvidar que nuestra independencia como seres humanos libres se basa en el acceso a la información, y sobre todo en actuar y tomar nuestras propias decisiones sin delegar en ningún caso la decisión de lo que llega a nuestro plato.